UN TEXTO DEL COMPAÑERO ENRIQUE QUIQUE LOGROÑO (año 2020)
EL COMPAÑERO ENRIQUE QUIQUE LOGROÑO nos comparte un texto que escribió, como hipótesis, en febrero del 2020.
Nos dice: "Es un poco largo y tentativo en cuanto visiones, recorridos resultados y consecuencias, pero espero que sirva para el análisis de la grave crisis que atravesamos".
GRACIAS QUIQUE - INP DBN
• Mi hipótesis, sobre la que vengo trabajando y pensando desde hace muchos años, a partir de la crisis institucional de diciembre de 2001 es la siguiente.
Creo que estamos viviendo la etapa final de la partidocracia que se inicia con la salida electoral de 1983, se consolida con la domesticación del peronismo a través de la renovación. Se produce la crisis del 2001 con el "que se vayan todos", la clase política se reconfigura, después de la transición de la coalición duhaldo-alfonsinista, con la irrupción de Kirchner que resulta la figura más alejada de esa clase, pero sin dejar de pertenecer a ella, y se estructura a partir de dos coaliciones que van tomando forma y se consolidan con los liderazgos de Cristina y Macri, una más a la izquierda, otra a la derecha, pero con una franja intermedia y fluctuante, que desnivela y define en las sucesivas coyunturas políticas que se dirimen(2011, 2015, 2019).
Ese modelo se está agotando y depende del éxito del gobierno en curso que tenga un turno más o se vaya a una implosión que trace una nueva reconfiguración política que será caótica e imprevisible en su resolución, muy posiblemente me inclino por la aparición de nuevos actores políticos que nada tendrán que ver con los que hoy dominan el escenario político.
Lo tiro como hipótesis, producto de lo que vengo observando desde 2001 hasta el presente.
Cuando hablo de la domesticación del peronismo no se trata de una cuestión lineal, ni que se haya operado en una sola y única acción, sino por el contrario se trató de un largo proceso que ha incluido marchas y contramarchas y que se encuentra aún en el presente en situación de indefinición, o mejor dicho aún, sin resolución definitiva, y esto en base a las características propias de la fuerza política y social que representa.
Lo que sí resulta evidente es que su capacidad transformadora, a la raíz del sistema político, y en cierta parte del propio sistema económico, ha venido siendo debilitado, al punto de anularlo, neutralizarlo o quitarle fortaleza operativa. Esa fuerza transformadora con la que surgió en la vida política argentina desde su propio inicio, se mantuvo vigente hasta el golpe de 1976, o para ser más preciso hasta julio de 1975 con la capitulación que abrió el camino a las políticas neoliberales en nuestro país, con el Rodrigazo.
Nos dice: "Es un poco largo y tentativo en cuanto visiones, recorridos resultados y consecuencias, pero espero que sirva para el análisis de la grave crisis que atravesamos".
GRACIAS QUIQUE - INP DBN
• Mi hipótesis, sobre la que vengo trabajando y pensando desde hace muchos años, a partir de la crisis institucional de diciembre de 2001 es la siguiente.
Creo que estamos viviendo la etapa final de la partidocracia que se inicia con la salida electoral de 1983, se consolida con la domesticación del peronismo a través de la renovación. Se produce la crisis del 2001 con el "que se vayan todos", la clase política se reconfigura, después de la transición de la coalición duhaldo-alfonsinista, con la irrupción de Kirchner que resulta la figura más alejada de esa clase, pero sin dejar de pertenecer a ella, y se estructura a partir de dos coaliciones que van tomando forma y se consolidan con los liderazgos de Cristina y Macri, una más a la izquierda, otra a la derecha, pero con una franja intermedia y fluctuante, que desnivela y define en las sucesivas coyunturas políticas que se dirimen(2011, 2015, 2019).
Ese modelo se está agotando y depende del éxito del gobierno en curso que tenga un turno más o se vaya a una implosión que trace una nueva reconfiguración política que será caótica e imprevisible en su resolución, muy posiblemente me inclino por la aparición de nuevos actores políticos que nada tendrán que ver con los que hoy dominan el escenario político.
Lo tiro como hipótesis, producto de lo que vengo observando desde 2001 hasta el presente.
Cuando hablo de la domesticación del peronismo no se trata de una cuestión lineal, ni que se haya operado en una sola y única acción, sino por el contrario se trató de un largo proceso que ha incluido marchas y contramarchas y que se encuentra aún en el presente en situación de indefinición, o mejor dicho aún, sin resolución definitiva, y esto en base a las características propias de la fuerza política y social que representa.
Lo que sí resulta evidente es que su capacidad transformadora, a la raíz del sistema político, y en cierta parte del propio sistema económico, ha venido siendo debilitado, al punto de anularlo, neutralizarlo o quitarle fortaleza operativa. Esa fuerza transformadora con la que surgió en la vida política argentina desde su propio inicio, se mantuvo vigente hasta el golpe de 1976, o para ser más preciso hasta julio de 1975 con la capitulación que abrió el camino a las políticas neoliberales en nuestro país, con el Rodrigazo.
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